domingo, 14 de marzo de 2010

HUMANIDAD. ¿POR QUE COLABORO CON MSF?

Hoy quiero hablar un poquito sobre la ONG con la que colaboro, MÉDICOS SIN FRONTERAS. Sabemos que son tiempos de crisis, con miles de familias en el paro, pasando necesidad, y eso en el llamado "primer mundo", no hablemos de lo que ocurre constantemente en los países subdesarrollados...no os voy a contar nada nuevo que no sepáis ya, que no hayáis visto en los medios de comunicacion ( o de in- comunicación, según como se mire)...pero me gustaría que le echarais un vistazo a alguna de las acciones que desde MSF se llevan a cabo.


TERREMOTO EN CHILE:
En el marco de su intervención de emergencia en Chile, los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) han ampliado su distribución de material médico y bienes de primera necesidad como kits de higiene, lonas de plástico para refugios y mantas en diversas localidades de las regiones de Maule y Bío Bío, que se encuentran entre las más afectadas por el terremoto sufrido hace doce días. Además, un equipo de psicólogos se encuentra apoyando a las autoridades locales en la preparación del personal que ofrecerá atención de salud mental a los damnificados.


Carolina Heidenhain / MSF

Los primeros días
Pierre Garrigou, de nacionalidad argentina, es logista de MSF y explica la situación que encontró en los primeros días después del seísmo: “Hacia el interior, en las zonas alejadas de la costa, había gran cantidad de edificios destruidos, muchos escombros. Pero en la costa a los temblores se les sumó el maremoto, que verdaderamente devastó todo. En el primer caso, tu hogar queda aplastado, pero tal vez todavía puedes rescatar algo entre el derrumbe. En la región costera, a las casas directamente se las tragó el mar”. Mucha gente perdió todas sus posesiones, se quedó sin techo, y estaba acampando precariamente con refugios improvisados. Ante esta situación una de las primeras prioridades de MSF ha sido la distribución de plásticos, cuerdas, mantas y bidones, junto a los kits de higiene para mejorar las condiciones de vida de los afectados.

“En el pueblo había una desesperación total. No había agua ni luz y, cuando se hizo de día, vi que había muchísimas casas destruidas”, relata Mariano Pérez, un maestro carpintero y albañil, sobre las primeras horas después del seísmo en Licantén, el pueblo en el que vive, en una zona entre montes y ríos hacia el norte de Talca. El techo había colapsado sobre la casa de Mariano, y su hijo había quedado atrapado en su habitación. Finalmente lograron salir y hoy, Mariano agradece no haber sufrido desgracias personales y que sólo haya tenido daños materiales. El forma parte del grupo del municipio que se encuentra recibiendo y ordenando en el centro de colecta, que funciona en el gimnasio del pueblo, las donaciones que se reciben. Sobre la ayuda dice: “Todo lo que llega, desde Chile y desde fuera del país, hace que uno no se sienta solo, sino que se sienta respaldado”.

Muchas personas traumatizadas
Como consecuencia de las pérdidas sufridas durante el terremoto y las fuertes réplicas que se sucedieron, las personas han quedado muy traumatizadas y cada nuevo temblor genera más tensión y temor en la población. “Al momento de una de las réplicas, estábamos con una señora y sus cuatro niños. Comenzó a llorar e intenté tranquilizarla y reconfortarla, pero no quería que nos fuésemos. Temblaban sus piernas, y no podía dejar de llorar. Debimos acompañarla durante un largo tiempo”, explica Lina María Peña Peñaranda, psicóloga de MSF de origen colombiano.




Los niños se encuentran particularmente afectados por la situación. Bernardita Soto cuenta que su hijo de tres años vomita todas las noches, y ella misma tiene dificultades para dormir. Macarena Huerta es maestra de guardería en Licantén. Allí se ha preparado una guardería en un prado cerrado con vallas, para que los niños puedan permanecer en ese lugar sin tanto peligro. Macarena explica que los niños vienen muy estresados y asustados, y se ponen a llorar ante cualquier nuevo temblor. Pero, al mismo tiempo, ya están muy disciplinados y saben que ante cualquier réplica deben ubicarse en el centro del prado.

El equipo de psicólogos de MSF ha estado apoyando desde Talca al Ministerio de Salud de la región de Maule, colaborando en la capacitación de 128 voluntarios (psicólogos, asistentes sociales y estudiantes de medicina) que se estarán desplegando en la zona costera y ayudarán a los afectados a normalizar sus emociones. Además, han contribuido a capacitar a 45 coordinadores de estos equipos voluntarios en talleres de duelo y talleres dirigidos a niños.

Distribución de ayuda
Cada día, desde sus centros de operaciones en las cercanías de Talca y Concepción, el personal logístico, médico y psicológico de MSF se divide en equipos y, luego de cargar el material en camiones, se dirige a las zonas periféricas que requieren asistencia. Previamente, los trabajadores de MSF se entrevistan con los representantes de municipios y gobernaciones para determinar las necesidades.

En las áreas cercanas a la costa, los profesionales de MSF, además de hacer distribución directa de kits sanitarios a la población, han brindado atención psicológica y han realizado aproximadamente 50 consultas médicas a personas que se los solicitaban espontáneamente. MSF ha realizado donaciones de material médico a más de 10 hospitales y puestos de salud.

Esta semana, MSF ha distribuido 2.000 kits de higiene en los pueblos donde se han identificado mayores necesidades, y se están preparando otras 3.000 unidades para entregar la semana próxima, junto con tres kits médicos para desastre que han arribado desde Colombia. En total, se beneficiarán más de 26.500 personas. Estos kits contienen elementos básicos como un cubo, jabón, pasta dentífrica, toallas, y aguja e hilo, entre otros.


BURUNDI

En Burundi 1.100 mujeres de cada 100.000 mueren durante el parto
En 2009, el centro de salud de MSF en Kabezi presto atención médica a unas 3.000 mujeres con complicaciones durante el parto o el embarazo. Burundi tiene una de las tasas de mortalidad materna y neonatal más altas del mundo

En Burundi quedarse embarazada y dar a luz supone un verdadero riesgo y prueba de ello son las cifras que maneja la Organización Mundial de la Salud: la tasa de mortalidad materna es de 1.100 por cada 100.000 nacidos vivos y la tasa de mortalidad neonatal es de 41 por cada 1.000 nacidos vivos. Para tratar de reducir estas demoledoras estadísticas, Médicos Sin Fronteras gestiona desde 2008 un centro para urgencias obstétricas en la ciudad de Kabezi, al sur de la capital del país, en el que proporciona atención médica especializada a las mujeres que tienen complicaciones durante el embarazo y el parto.

© François Dumont / MSF


“Más de 200 bebés nacen aquí cada mes. El objetivo del proyecto es sobre todo reducir la mortalidad de las madres y también la de los recién nacidos”, explica la comadrona de MSF Ann van Haver. “La mayoría de mujeres que fallecen por las complicaciones de su embarazo mueren durante el parto o durante la primera semana después del mismo. Por esa razón prestamos atención urgente a las mujeres y tratamos a aquellas que tienen complicaciones obstétricas”.

El centro se ocupa de diferentes complicaciones, entre las que están las obstrucciones en el parto, el desgarro de las cicatrices de anteriores cesáreas durante el nuevo parto, las hemorragias antes, durante y después de dar a luz y la preeclampsia y la eclampsia, dos problemas muy comunes en todo tipo de embarazos, pero que pueden llegar a causar en la paciente hipertensión arterial, edemas y proteinuria (exceso de proteína en la orina). La eclampsia puede conducir además a que aparezcan convulsiones, a que se produzca una insuficiencia cardiaca o incluso a la muerte de la madre y el bebé. Por ello, en casos de emergencia, una cesárea a tiempo o una intervención rápida pueden llegar a salvar la vida tanto de la madre como del niño.

Algunos de los niños que nacen en el centro son prematuros y “entre otros tratamientos, se les aplica el método canguro, mediante el cual se arropa bien al niño cerca del pecho de la madre para que el contacto corporal le proporcione el calor que necesita. El efecto es parecido al que proporciona una incubadora y al mismo tiempo, reconforta tanto a la madre como al niño y estimula la producción de leche materna” añade Ann van Haver.

Un sistema de salud que aún arrastra los problemas derivados de la guerra civil

El sistema de salud en Burundi todavía arrastra las consecuencias de la guerra civil en la que el país se vio sumido de 1993 a 2006. Como no hay un sistema de referencia operativo para casos urgentes, y dado que la gente no puede pagar por los servicios médicos, sólo la mitad de las mujeres en Burundi cuentan con la asistencia de personal competente durante el parto. Además, la atención obstétrica urgente no siempre está disponible y la calidad de los servicios es muy pobre.

Servicio de ambulancias las 24 horas del día

El centro de Kabezi ofrece servicios a gran parte de la población de Bujumbura Rural, un área de una enorme extensión que se encuentra situada junto al lago Tanganika. Las mujeres son trasladadas desde su centro de salud local hasta el centro de Kabezi en unas ambulancias de MSF que están en servicio las 24 horas del día. Debido al mal estado de las carreteras, a algunos centros de salud de las zonas más remotas no se puede llegar una vez que ha oscurecido. Por ello, en su lugar, las mujeres que corren el riego de padecer complicaciones en el parto son trasladadas al centro de salud más cercano que tenga una sala de hospitalización. Esto permite que al día siguiente, si surgen complicaciones, pueda ser referida fácilmente a Kabezi.

Fístulas: una complicación muchas veces evitable.

Una posible consecuencia de complicaciones no tratadas durante el parto son las fístulas obstétricas, que ocurren cuando se abre un orificio anormal entre la vagina y el recto, o la vagina y la vejiga y el recto. Las fístulas se desarrollan durante los días que dura un parto obstruido, y una vez que ha ocurrido, la resultante incontinencia fecal y urinaria, se convierte en algo permanente a menos que la fístula sea operada. A la mayoría de las mujeres que las desarrollan se les margina de la sociedad, pues son aisladas y estigmatizadas por todos y por eso una atención obstétrica urgente es de suma importancia para las pacientes.

Se estima que sólo en Burundi pueden llegar a darse unos 1.000 nuevos casos cada año y que hay unas 10.000 mujeres con fístulas no tratadas en el país.

En 2009, MSF organizó una campaña piloto para ofrecer cirugía a todas aquellas mujeres que padecen este problema y a través de ella trató a 30 mujeres. El éxito de esta primera campaña ha motivado que MSF haya abierto una clínica permanente para el tratamiento de fístulas en la ciudad de Gitega, en el centro de Burundi, donde un equipo podrá tratar a más de 350 mujeres al año. “Una vez operadas, las mujeres pueden volver a reanudar su vida normal y ser parte de nuevo de la sociedad”, comenta Ann van Haver.

Una niña llamada 'Buenas Noticias'

Mary Nicizanye, de 30 años, ha dado a luz a una niña en la maternidad de Kabezi. Han pasado cuatro días desde entonces y ahora ambas se encuentran recuperándose en la sala de hospitalización de la clínica.

Mary vino en ambulancia desde su centro de salud local porque allí no tenían medios para hacerle la transfusión de sangre que necesitaba. Al llegar, los médicos comprobaron que estaba muy desnutrida, así que quedó ingresada ya unos días antes de dar a luz.

La pequeña recién nacida está durmiendo en el regazo de su madre envuelta en una tela de colores que le han dado en la maternidad. Cuando nació estaba anémica y por debajo del peso normal y durante los primeros días tuvo muchos vómitos, pero poquito a poco ha ido recuperándose y ahora ya está mucho mejor.

Mary también se siente mejor. Sus labios han recobrado el color y la hinchazón de sus piernas ha disminuido hasta el punto de que ya puede andar de nuevo. “Si no hubiese venido a la maternidad, mis hijos hoy no tendrían madre”, afirma Mary, que ahora tiene cinco hijos.

La madre de Mary ya está ejerciendo de abuela y también está sentada sobre la cama. Ella fue quien llevó a Mary al centro de salud local y como muchas otras abuelas en el centro, la madre de Mary se ocupa de su hija y cocina la comida proporcionada por el centro de Kabezi.

Mary está feliz por la ayuda que ha recibido para traer a su hija al mundo sin peligro y por el trato que le han dispensado, pero no sabe qué le espera cuando regrese a casa.... su marido no quería saber nada de ella cuando enfermó y ni siquiera sabe que está en Kabezi y que ya ha dado a luz.

Pero ahora mismo, lo más importante para Mary y para su madre es que la pequeña está viva y que esté recuperando la salud. Le han puesto por nombre Nduwakezam, que en Kirundi, la lengua local, significa 'Buenas Noticias'.






2 comentarios:

  1. MSF Hace una gran labor y en condiciones muchas veces impensables, pero sus recursos son enormes en comparación al pequeño contingente que algun@s de mis compañe@s forman (de sus bolsillos) y bajan a Argelia en verano para trabajar en campos de refugiados saharauis. Lo que allí vivien es duro pero muy gratificante, dicen. No os imagináis como se puede improvisar un quirófano... Mucho podría contar sobre ello. Igual me animo y hago un post en mi blog.
    ¡Saludos!

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  2. Dissortat, ¡ANIMATE, y cuenta las experiencias de tus compañeros! Todas estas personas son un ejemplo de humanidad y solidaridad y se merecen un reconocimiento..besos

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