miércoles, 29 de diciembre de 2010

UNA IMAGEN DE PAZ


Los ángeles guardianes
Juan Cárcamo Romero

Había sido un pequeño error de cálculo, tan solo unos cuantos milímetros, pero suficiente como para explicar la quemadura lineal que mostraba en el rostro cuando entró a la sala.
Todos le siguieron con la mirada hasta llegar a su puesto. Al menos era solo una pequeña quemadura, pensaron al verlo.
Solo dos semanas atrás habían perdido a uno de los mejores guardianes en uno de esos errores de cálculo.
- Debes darme la ubicación exacta del lugar para hacer el reporte y establecer otra ruta mas segura- le murmuró al oído el instructor cuando se acercó a su puesto. Luego, tratando de desviar un poco el tema, continuó con la clase de ese día.
Cada vez era mas difícil para los ángeles movilizarse por el mundo. A diario se establecían rutas que parecían seguras para cumplir las labores que les eran encomendadas pero en el último tiempo las bajas eran considerables.
Al principio, las primeras ondas de radio que los humanos emitieron solo provocaban pequeñas molestias que casi no fueron consideradas. Sin embargo, en la medida que mejoraban sus sistemas de comunicación, sobrevolar el mundo se hacia cada vez mas y mas difícil.
A las ondas de radio siguieron las de la televisión, luego las de los teléfonos pero la WiFi en definitiva había convertido el espacio en un sin fin de mortíferos haces invisibles.
Solo pequeños senderos quedaban entre haces y haces y solo por esos senderos podían sobrevolar los ángeles guardianes para llegar hasta las personas. Ser alcanzado por una  de esas ondas significaba a lo menos una quemadura pero la mas de las veces, era morir, desintegrarse y volver a las partículas originarias del universo.
Esa noche la pequeña Andrea hizo sus oraciones como de costumbre y como de costumbre le pidió a su ángel de la guarda que velara por su familia. Luego, antes de acostarse, encendió su computador y verificó que la señal de internet llegara en forma adecuada para no perder ningún correo que sus amigas a través del mundo le pudieran enviar mientras dormía.
Lejos, muy lejos de ahí, un ser alado buscaba el espacio adecuado para llegar hasta ella.

2 comentarios:

  1. Que hermoso. Quería escribir algo bonito y original, pero me he quedado sin palabras.

    Un beso.

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  2. ¡Mis mejores deseos para el año que está a punto de comenzar!

    Un abrazo

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